Sí, literalmente, el destino (final) de los viejos vagones del metro de Nueva York es el fondo del mar y por una buena causa: crear arrecifes artificiales para dar hogar a miles de peces y moluscos.
El proyecto se llama «Next Stop The Atlantic» y ya lanzó desde enormes barcazas miles de vagones en un operativo filmado y hermosamente fotografiado por el fotógrafo Stephen Mallon, a lo largo de tres años de trabajo gráfico.
Según informa The Daily Mail, los vagones de 18 toneladas de puro acero inoxidable (sin sus ruedas, ni ventanas ni puertas) son apilados en una balsa y de allí a mar adentro.
Una grúa con una pluma hidráulica especial los levanta uno por uno y los arroja al océano.
Cuando llegan al fondo del mar se convierten en el hogar de una variada vida marina.
Los vagones son arrojados a lo largo de la costa atlántica desde Delaware hasta Carolina del Sur.
En realidad se trata de un proyecto que ya lleva varios años a cargo de la Autoridad de Tránsito Metropolitano, que en la última década ya arrojó al fondo del mar unos 2500 vagones del metro.
Vía: clarin.com