El nadador de combate egipcio Ahmed Gamal Gabr, con 332,35 metros, se convirtió en el primer submarinista en descender a la mayor profundidad con botellas, pero sin asistencia exterior, anunció este viernes el libro Guinness de los Récords.
Tras 15 horas de ascenso por etapas después de un descenso de sólo 12 minutos, esta verdadera proeza humana, médica y tecnológica tuvo lugar el jueves en el mar Rojo, en Dahab.
«Ahmed Gabr estableció el récord en profundidad de una zambullida en autonomía en Dahab. El nuevo récord es de 332,35 metros», declaró a la AFP Talal Omar, el juez del Guinness que validó la prueba.
El egipcio intentaba alcanzar los 350 metros de profundidad, según los organizadores. Los riesgos eran enormes para este hombre de 41 años, a una profundidad en la que el agua ejerce una presión de 35 kilos por centímetro cuadrado sobre el cuerpo. El estadounidense Sheck Exley, quien obtuvo un anterior récord, murió por problemas vinculados a la descompresión.
Según los organizadores, para el ascenso, el teniente coronel Gamal Gabr, nadador de combate en las fuerzas especiales egipcias, utilizó más de 60 botellas ancladas a un largo «cable de vida», rellenas de oxígeno, nitrógeno, helio e hidrógeno.
El equipo de médicos franceses y egipcios, que prepararon las mezclas de las botellas, establecieron también tablas de inmersión específicamente para este submarinista y esta profundidad.
El precedente récord de inmersión autónoma deportiva, es decir, sin ayuda exterior, se lo disputaban dos hombres: el sudafricano Nuno Gomes, quien descendió en 2005 a 318,25 metros y que el Guinness reconoció, y el francés Pascal Bernabé, quien asegura haber descendido ese mismo año hasta los 330 metros de profundidad.
Vía: yahoo.com